Encontré un espacio en el que pude ser acompañada entre tanto desorden y encontré mi propio sentido, -Me recuperé a mí misma.
Michelle 37 años
Llegué a terapia con muchos prejuicios sobre lo que debe ser en la vida, juzgaba sin piedad aquello con lo que no estaba de acuerdo y me di cuenta con mucho dolor que perdí a personas valiosas, mi rigidez me dejó sola. Entendí que hay diferencias, me sensibilicé, y comprendí que todo depende del ángulo con que se mira, ahora soy más flexible con los demás y conmigo misma.
Pam 35 años
Agradezco a mi terapeuta la paciencia con que me escuchó siempre, mis males se centraban en una sola persona pero con el respeto que me brindó poco a poco fui abriendo mi panorama y pude soltar lo que me tenía bloqueada. Algo grande cambió porque ahora me relaciono con personas más nutridoras, puedo recibir y valorar lo positivo que me dan. Ya no me aferro, ahora dejo que todo suceda como tiene que suceder.
Leticia 40 años
Puedo resumir que ahora sé que también soy importante, ahora sé que merezco que los otros se ocupen de mí, que está bien pedir apoyo, me dejé de castigar y aprendí a recibir lo bueno que me ofrecen sin tener deudas impagables.
Lulú 29 años
En mi proceso de terapia aprendí a escucharme y saber qué es lo que necesito, he descubierto que ahora la única responsable de mis decisiones soy yo, he dejado de ser la víctima, he dejado de culpar a mis primeros objetos de amor, reconciliándome con ellos pude ser libre.
Ingrid 32 años