Hay un viejo refrán que dice:
“Ningún hombre es tu enemigo, ningún hombre es tu amigo, todos los hombres son tus maestros”.
En la relación de pareja frecuentemente pareciera que se vive con el enemigo, ya que estando en relación se dejan ventilar las diferencias que llevan a conflictos, deudas emocionales, celos, infidelidades, lucha de poder, dificultad en la expresión verbal y afectiva, agresiones verbales y físicas, falta de apreciación, pérdida de proyectos en común, y así acostumbrándose a caminar juntos, pero por rutas diferentes provocando que en algún momento del viaje la distancia sea tan amplia que se aprende a vivir en la presencia ausente del otro o bien se busca la separación física, emocional o el divorcio.
Así como el dicho “ningún hombre es tu enemigo, ningún hombre es tu amigo, todos los hombres son tus maestros”, en la terapia de pareja el otro se convierte en un maestro, aprendemos algo de nosotros a través de la pareja, en una relación sana se encuentra el sentido del conflicto.
La terapia de pareja contribuye a tomar conciencia del 50% que cada uno ésta aportando para cocinar el problema, permite reconocer las diferencias y trabajar en la reconstrucción del compromiso y “ver” al otro.
Así la terapia de pareja se centra en aprender a formar acuerdos, validar las necesidades del otro, el respeto, la empatía, reconstruir la comunicación y la escucha activa.